Hace algún tiempo, (perdí la
cuenta pero me parece que es mucho tiempo) debí enseñarte mis heridas, heridas
que me causo la indiferencia, el desamor y hasta la crueldad, sin embargo no lo
hice pues ya conocía tu historia y me pareció injusto cargar sobre tus
emociones, mis recuerdos negativos y mis rencores.
Sé y reconozco que como en tantas
cosas, en eso también me equivoque.
En la actualidad quisiera
contarte tanto, cosas que al recordarlas aun me hacen pasar momentos muy
desagradables, cosas que tienen que ver con mi niñez, con mi adolescencia y mi
juventud. Cosas que dejaron de pasar hasta que llegaste tu.
A tu lado forme una familia, ¡mi
familia !
Puse lo mejor que yo tenía y procure dejar en el pasado recuerdos
dolorosos y amargos…muy amargos… créeme, para cimentar un hogar que no tuviera
nada de lo que yo había tenido que aguantar desde niño.
Suciedad, vulgaridad, violencia,
inequidad.
Y procure alejarme lo más
posible, de esas personas que me tocaron al nacer.
Hasta hace un par de años mi
mente estaba cerrada sin dejar salir nada y sin dejar entrar nada que no fuera
mi versión “suave o ligera” de lo que me
toco vivir.
En esa versión equivocada y
suave, puse como victimas a personas cuya actitud ahora puedo ver con toda
claridad, aunque eso signifique que al
mencionarlo sea tachado como un tipo despreciable.
Hace dos años esas mismas
personas con sus actos y la convivencia diaria, me recordaron cosas que yo
creía que solo habían estado en mi imaginación; violencia, hipocresía,
suciedad, crueldad, indiferencia, venganza, rencor…puedo darte un ejemplo de
cada verbo que ahora me atrevo a escribir, sin embargo confío en tu buen juicio
y en tu alto sentido de la justicia y sé que para cada palabra que yo escribí
tu tiene un ejemplo vivido en carne propia. No lo puedes negar…tu lo viste y lo
viviste.
También hay en esa gente, algunos que tienen un poco de cariño sincero
para mi, a ellos, cuando tengan un criterio formado podré darles un poco de lo
mucho que me dieron.
Por ahora no se puede.
Perdóname si a ti y a mis hijas
no les puedo dar una gran familia, pero te aseguro que para eso no solo se
necesita que yo tenga una actitud diferente, también se necesita que los demás
tengan una actitud distinta.
Acepto, que yo necesito que me
inviten, yo necesito que me tomen en cuenta, yo disfruto de ir de visita a casa
de ellos, sin embargo y aunque me duela decirlo, no me gusta mendigar
atenciones, ni aceptación y mucho menos cariño.
El derecho de piso hace muchos
años lo pague aunque eso , eso no lo recuerden.
Hoy solo me quedan mis hijas y
tu, espero no perderlas pues son únicas, irrepetibles en mi vida, son mi razón
de vida y lo único que en realidad deseo a mi lado.
Hoy publicaré esto en mi blog pues quiero dejar testimonio a mi pequeña
Miranda Solange ayer 18 de febrero cumplió 7 meses de edad de que su padre la ama
profundamente y no quiere que nadie la hagas sentir mal… ¡nunca! Pues mi
pequeña es un ser muy sensible.
No quiero que se contamine con
gente que no conoce la educación, la nobleza, el honor.
Eso no lo quiero para ella pues…yo
por la edad y el tiempo no pueda defenderla con el vigor que en su momento
defendí a sus hermanas.
Gracias por leer esto y por
quedarte a mi lado… al lado de un hombre… sin parientes.