Por fin pude liberar esos demonios que tanto me mordían el alma, por fin me atreví a decir esas cosas que tantos años tuve que guardarme y le agradezco a Dios que me permitirá hacerlo, que me diera tiempo de hacerlo.
Tal vez no se entienda pero se reduce a la pregunta : qué es más duro? “estar pero no estar o fingir estar pero nunca haber estado”
Tratar de mantener una situación que solo rasga el alma, un tono de voz que nace de la garganta no del corazón, intentar ocultar echando tierra sobre aquello que nunca fue y que se hizo una escenografía, gruesa y pesada en la que todos miraban un mar en calma sin saber el huracán que tras bambalinas se escondía.
El árbol de la amargura que durante estos años creció y hoy nos baña con su frondosa sombra.
La inexperiencia que termino cavando una tumba. Cuyo epitafio escrito en dos criptas dice; “aquí yace.. no lo que querías, no lo que deseabas, pero si … para lo único que te alcanzo.”
Me aplaudo por decir lo que tanto temía decir, soy mi “súper héroe”, pues por fin puse sobre la mesa lo que por caballerosidad y gentileza nunca supe como hacerlo sin dañar sin ofender.
Hoy después de 20 años por fin, al fin.
No hay arrepentimiento pues durante ese lapso sembré y el fruto es valioso.
Debo reconocer que tambien la tierra fue generosa.
No hay llanto , no hay gritos , no hay amenazas, hay un tranquilo “ a mi me estaba pasando lo mismo” eso me tranquiliza.
Es mas, no hay reclamos, no hay engaños, no hay adulterios, tan solo… ya no hay amor.
Suerte a quien se va y suerte a quien se queda, con la franqueza y la honestidad de quien puede mirarse a los ojos y regalarse una sonrisa de despedida y una promesa de ayuda.
Ayuda que aun no pedida, se ofrece pues nace del recuerdo de los tiempos en los que se creía que la convivencia , lo hijos y el amor podían cambiar lo que la niñez hizo.
Moraleja: la vida es corta y lo que no es, jamás será, lo que se fue ya no regresa.
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Pinche flecha a poco si? Tan grave? Suerte
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