sábado, 21 de noviembre de 2009

UNA DE ESPANTOS SHAKALOSOS

Esta historia tiene que ver con el delito y sus consecuencias, pero desde otro punto de vista, incluso hay una parte de la historia, que puede ser producto de las leyendas que se van tejiendo con el paso del tiempo y que se transforman al pasar de boca en boca.
Que por desgracia no se pueden corroborar, pues las personas involucradas, se cambiaron del barrio o ya fallecieron.

Les aseguro que la anécdota es real, los personajes son tomados de la realidad y respete los nombres.
Como dato adicional, la propiedad donde existían los cuartos amueblados aun existe.

No pretende ser una historia con mensaje moral, no esta a favor ni en contra del aborto.
Tampoco es un ensayo, tan solo es una anécdota más.

Esta historia será la única de este género que publicaré aquí, por respeto al género que nos ocupa y nos gusta más y que es, el de las HISTORIAS MAFIOSAS.

Una llorona.

En agosto del año 1998 por problemas económicos, acondicioné una recamara de mi departamento como oficina.
Me ví en la necesidad de cerrar mi despacho, pues no pude seguir pagando la renta.

En esta habitación trabajaba hasta muy noche reparando teléfonos celulares y ordenando las llamadas de telemarketing que realizaría al día siguiente.

En una de tantas noches, estaba molesto por que el gato “O malley” propiedad de unos vecinos, no dejaba de maullar.
Creí que tenía hambre o que quizá quería entrar a la casa de sus dueños, pero de pronto lo escuché gruñir y salir corriendo por el pretil de mi ventana.
Los gruñidos se escuchaban como si se estuviera ahogando.
Fue tan sorpresivo que me hizo saltar de mi sillón y me erizo la piel. -pinche gato culero hijo de puta.-
Unos instantes después, ya cerca las 4 de la madrugada comencé a sentir un frío profundo y seco, podía mirara mi aliento al exhalar. Parecía que estaba adentro de un gran congelador.

Me dolían los pies y las articulaciones, sentía mi nariz húmeda y un escalofrío recorrer mi espalda, así que salí de la habitación y me dirigí hacia un sillón de la sala, donde la noche anterior había dejado mi sudadera.
De pronto, al tomar la prenda escuché un quejido muy agudo y largo, cerca de la ventana que da a un tragaluz.

Ese lamento lo sentí muy largo. El frío calaba mis huesos y una temblorina sin control me sacudía.
Mi piel estaba erizada y llegaba hasta mi cuero cabelludo, era como si alguien jalara mis cabellos.
En ese instante escuche que el origen del gemido estaba justamente arriba de mí.
El ruido se lo atribuí al gato “O malley”, incluso he escuchado a los gatos cuando están en celo y gimen y el ruido que producen es parecido al llanto de bebes recién nacidos.

Aunque el ruido era distinto me dí valor pensando que se trataba del maldito
“O malley”.

Estaba levantando la sudadera, pero no quise voltear hacia la ventana, pues sentía muy claramente como si alguien me observara. Venciendo mi curiosidad, hice un esfuerzo para no levantar la vista hacia el ruido y regrese a la habitación a tratar de seguir trabajando.

En cuanto me senté en mi sillón, escuché los vidrios de la ventana estremecerse, - se parecía alfenomeno efecto que produce un auto con el estéreo a todo volumen- no escuche ningún ruido, solo el temblor de los cristales.
Me hice pendejo como si nada pasara pero me dieron unos nervios tremendos, así que tembloroso y desconcertado, salí de la habitación y me dirigí a la cocina a prepararme un café instantáneo.

Cuando regresé a trabajar, mi computadora estaba fallando.
El monitor presentaba manchas de colores, como si le hubieran acercado un imán y hacia ruidos de estática.
En eso estaba, cuando se escuchó un segundo gemido, -¡Aaaahhhhhhhhhhmmmmm!- pero ahora lo sentí muy cerca, detrás de la ventana que da al patio principal.
Me quedé expectante, agarrado de los laterales de mi sillón en actitud de salir corriendo.
Guardé la calma y traté de buscar una razón lógica, a lo que estaba escuchando.
Yo no tuve el valor de levantar las persianas y mucho menos de asomarme.

Quise tranquilizarme y espere un poco, pero que se escucha otro quejido y ahora mas cerca como si quien se estuviera quejando solo estuviera detrás de la persiana.
En ese momento me valió madres la lógica, las matemáticas, el pedo del diablo y cualquier cosa que me quisieran explicar.

Me Salí raudo y veloz, -en fuga , en chinga loca , para que me entiendan- .
Me salí de allí, pues no era físicamente posible que alguien estuviera quejándose frente a mi ventana, pues mi departamento estaba en un segundo piso.

Lo que hice fue despertar a mi esposa. Ella no sabia lo que pasaba.
Molesta por mi insistencia abrió los ojos y le hice una seña de que guardara silencio y que escuchara.
Yo temblaba como perro mojado.
Mi esposa cruzó sus brazos y con fastidio se quedó esperando.

No pasó ni un minuto y volvió a escucharse otro quejido, pero ahora en la pequeña ventana de la recamara donde dormíamos.

Mi esposa abrió los ojos espantada y se puso en cuclillas sobre la cama, y trataba de ubicar de donde provenía aquel gemido.

El lamento, era como si alguna mujer estuviera pariendo o sufriera. Era un verdadero gemido de dolor.

Los quejidos se escuchaban demasiado cerca.
Mi esposa se alarmo y miraba al rededor con sus enormes ojos bien abiertos y con la cabeza un poco inclinada tratando de localizar de donde provenían los quejidos.
Ella no salía de su asombro. En ese momento lo único que me motivo a despertarla, fue el miedo, aunque después el testimonio de mi esposa sirvió para corroborar lo que yo estaba contando.

Ya con mi señora al lado me arme de valor y sabiendo que ella estaba conmigo, me asomé por la ventana ya que por un momento creí que alguien realmente necesitaba ayuda.

Mi sorpresa fue enorme, pues ví una bruma - digo bruma ya que no puedo decir si era una mujer, un hombre o algún animal -, que se alejaba flotando por la calle.

Por un momento pensé que era una especie de alucinación pero cuando fijé bien la mirada, solo comprobé que no estaba equivocado, “la cosa” que se alejaba lo hacia flotando.

Al día siguiente algunos vecinos comentaban si habíamos escuchado los ruidos y el escándalo.
Cuando les di mi versión y mi esposa corroboro lo que yo estaba diciendo, una de las señoras de mas edad a la que le dicen de cariño doña Gloria. Me preguntó que si en mi casa teníamos niños pequeños o recién nacidos, yo le dije que mi tercera hija, era de apenas dos meses de nacida.
Me preguntó si teníamos varoncitos y le dije que no.
Nos comentó que ésta “alma en pena”, se acercaba a las ventanas al escuchar el llanto de un recién nacido varón, que a las niñas no las molestaba, pero que a los niños se les acercaba para escuchar su llanto. Y que por eso se marchó cuando se dio cuenta que en mi casa había una niña.

Doña Gloria nos dijo que en los años sesenta, en un edificio que se utilizaba para rentar cuartos amueblados, una mujer realizaba abortos clandestinos.
Los abortos se los practicaba a las cabareteras aprovechando sus conocimientos en medicina.
Después se supo que dicha señora era doctora.
Esta señora trabajaba de forma en que las autoridades nunca pudieron culparla, pues utilizaba a otros dos sujetos que se encargaban de preparar a la “clientela”.
Ellos se encargaban de colocar un gorro y un tapa bocas a las “pacientes” y cuando entraba al cuarto doña ”marce” -como todos le decían-, sus ayudantes bajaban el gorro y con eso evitaban que la paciente mirara a la “doctora”, y así nadie la podía identificar.

Al terminar los legrados, los fetos los arrojaban por la cañería.
Pero no siempre sus trabajos resultaban efectivos y hubo ocasiones en que se metió en líos, pero como en México todo se arregla con el ministerio público, y tratándose de mujeres dedicadas a la prostitución pues ni quién dijera nada.

Siempre salía sin problemas y dándose la mano con las autoridades.
En esa ocasión el destino o quizá Dios, le dieron una desagradable y dura lección.

Al llegar doña “ marce” a su negocio, como siempre pidió el dinero que una “pacientita” acababa de pagar. Preguntó si ésta se encontraba lista para que le hicieran el “trabajito”.
Los ayudantes le indicaron que si y antes de que doña “marce” entrara al cuarto que se utilizaba para los legrados, le dijeron a la jovencita que se desnudara completamente, le pidieron sus pertenencias, las metieron a una bolsa negra y se las llevaron al cuarto que le habían asignado.
Le dijeron que se subiera a una mesa y que levantara sus piernas. Le inyectaron un sedante y le colocaron el gorro y el tapabocas hasta la altura de los ojos.
Cosa innecesaria, pues la chica se dormiría, pero eran órdenes de la patrona así que ni modo, a cumplir órdenes.

Poco después doña “marce” entro a la habitación y comenzó su “trabajo”.

Introdujo en la vágina de la jovencita una manguera, y un fluido “salino” comenzó a entrar al vientre de la chica.
Pasaron unos minutos y poco después retiro la cánula con el líquido con sal, y metió una manguera flexible y comenzó a girarla dentro del vientre de la chiquilla.
Sangre y coágulos comenzaron a salir de su cuerpo y después trozos de piel y hasta un poco de cabellitos.

Doña marce ni se inmuto, ella estaba acostumbrada a su trabajo.
Al terminar, les dijo a sus ayudantes que en cuanto se despertara la paciente, la dejaran reposar dos horas y la sacaran a la chingada.
Tomó los deshechos del feto y los arrojó a la coladera, para asegurarse que no hubiera rastros de su trabajo.

Desgraciadamente para la jovencita y por una mala atención medica posterior, le vino un sangrado fulminante.
Los ayudantes se alarmaron y trataron de sacarla de allí, pues en esos casos, esas eran instrucciones de la patrona.

Cuando sacaron a la joven ya había perdido mucha sangre, su cuerpo frágil estaba frío y pálido, así que tomaron la bolsa negra con sus pertenencias y la sacaron cargando envuelta en unas sabanas, la dejaron en una clínica que se encontraba a una calle de allí.
En el trayecto no se dieron cuenta que la jovencita ya había fallecido.
En la clínica los quisieron detener, pero los sujetos huyeron.

Doña “marce” solo por no dejar, envío a un chamaco a preguntar si la jovencita había alcanzado a decir algo.
Cuando el chamaco regreso, él le informó con santo y seña lo que había ocurrido,
Que la muchacha era menor de edad, de nombre Aurora Morales.
El chamaco obtuvo esos datos pues les hacia mandados a los de la clínica.

La señora se puso pálida y salió corriendo del lugar.
Quienes después se enteraron, dieron la versión de que la jovencita que se le había muerto, era Aurorita de tan solo 16 años , hija de doña marce.

A los pocos días cerraron los cuartos amueblados.
Solo se supo que a la señora la habían internado en un hospital psiquiátrico, suicidándose dos años mas tarde, ya que la habían dado de alta del hospital.
Se cree que los lamentos son de doña “marce” buscando el cuerpo de su nieto, Lo hace siguiendo el rumbo que lleva el drenaje de esta calle.
Muchos dicen que es la famosa llorona.

En lo personal creo que lloronas hay muchas y para mí son esas mujeres que por azares del destino pierden a un hijo.
No necesariamente por practicarse abortos clandestinos.

Gracias a los brothers que nos leen desde Inglaterra, de Chile y de Paraguay y a todos los cuates de California, Texas, Massachussets, Georgia… gracias
Así como a toda la banda de este hermoso país shakaloso que es… Mi México.
Como dice Liz….” No gano, pero como me divierto”

Eso hace que uno quiera seguir escribiendo. Neta gracias muchas gracias.

7 comentarios:

  1. buena Flecha , esta pa guion de " Cuentos de la
    Crypta "


    Saludos Abortivos

    ResponderEliminar
  2. flecha esta muy buena su historia, pero que paso con el cuerpo de la chavita?

    saludos desde California

    ResponderEliminar
  3. mi compla flecha que le digo chingona la historia ,cuando leo lo que escribo me desconecto de lo que pasa aca en mi habitacion y mi mente vuela le juro que me imaginaba todo desde verlo preparando el cafe hasta la misma sombra muy muy buena la historia



    saludos de su compa unkbron

    ResponderEliminar
  4. w0w0w0w0w0w......la volvi a leer y ora me gusto mas....

    un saludazo para mi comandante, y un abrazo sincero de camaradas....

    sigale asi al 100...como siempre.

    Atte: Su Camarada "Drackar"

    Dobrynya Racosta Karina

    "Y AKI NOMAS MICHOACAN"

    ResponderEliminar
  5. pues yo q le digo flecha...me tiene anonadada, usted mas q shaka debia haber sido escritor... pero entonces q nos contaria verdad??? no pues asi mejor q bueno q a vivido todo eso...saludos de su amiga abril...

    ResponderEliminar
  6. uta, ya le dijeron todo, hasta se me enchino la piel con eso de los gemidos, Saludos

    ResponderEliminar
  7. Oye, desde hace tiempo que había agregado la página a mis favoritos pero no me había dado tiempo de leer tus relatos, creía que sería una página más, pero déjame felicitarte, me encantan tus relatos, todos muy entretenidos y los narras de una manera tal que haces que no se pueda dejar de leer hasta terminarlo completamente, sigue así, gracias y saludos desde Monterrey.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

 
Creative Commons License
historias mafiosas by historias mafiosas is licensed under a Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Derivadas 3.0 Unported License.
Based on a work at www.historiasmafiosas.blogspot.com.